Se preguntarán ¿A qué me refiero con este título?. Creo que en la actualidad estamos más preocupados por encajar en la sociedad que por ser quienes somos, hacemos hasta lo imposible por ser uno más del grupo, uno más de la manada. Porque si no, somos vistos como el patito feo de la historia. Queremos sobresalir y para ello utilizamos una serie de técnicas para llamar la atención, pero tampoco podemos sobresalir demasiado porque seremos vistos también “de forma extraña”.
Es por eso que es bastante difícil encontrar el balance, porque como dicen, el clavo que más sobresale es el que es martillado primero. Si sobresalimos, está bien, si sobresalimos demasiado no, pero al mismo tiempo se nos hace incómodos el hecho de ser relegados.
El ser humano es un ente social por naturaleza, en otras palabras, las personas no pueden sobrevivir aislados y solos. El individuo no es autosuficiente necesita formar vínculos e interactuar con sus semejantes para poder transitar el camino de la vida. Esto es un hecho.
Creo que todos hemos experimentado alguna vez ansiedad social en algún momento de soledad. Según se dice, la soledad es mala compañía. Muchos disfrutan la soledad pero la mayoría, según creo, el hecho de sentirse solo provoca ansiedad, inseguridad y depresión. Aunque muchos de nosotros no lo queramos aceptar, necesitamos a los demás para poder sobrevivir.
Origenes
Soy de la opinión que las raíces de la formación social del ser humano, el hecho de acercarnos unos a otros y formar grupos lo podemos encontrar en los comportamientos de nuestros ancestros. Para poder sobrevivir, el ser humano debe satisfacer sus necesidades fisiológicas básicas y necesita al menos 3 elementos fundamentales, agua, alimento y vivienda (seguridad), existen muchos más que podríamos mencionar, pero para mi creo que estos tres serían los más importantes. Hace miles de años nuestros antepasados se vieron en la obligación de agruparse para mejorar sus posibilidades de supervivencia. Crear comunidades les brindaba muchas ventajas, la más importante creo, el poder ayudarse los unos a los otros les ofreció la posibilidad de poder superar más fácilmente los problemas. El hecho de permanecer en grupo y trabajar en equipo les facilitaba el protegerse de depredadores, el clima y los elementos, además les permitía salir a cazar o a recolectar alimentos más fácilmente, cuidar que el fuego que les resguardaba del frío, proteger el lugar donde vivían de depredadores y por lo tanto a las nuevas generaciones y mucho más. Ofrecía más posibilidades de adaptación y aseguramiento de la continuidad de la especie.
Después de satisfacer las necesidades fisiológicas el ser humano comienza a tener diferentes necesidades una de ellas es el reconocimiento antes sus semejantes debido a su necesidad fisiológica de procreación. Nuestro deseo de dejar un legado en este mundo nos obliga en cierta forma a formar vínculos sociales, buscar pareja que pruebe nuestra existencia y nos de afecto.
Solamente manteniendo relaciones profundas y duraderas nos asegura mejores posibilidades de sobrellevar los problemas, sobrevivir y asegurar la continuidad de la especie. Y esto no se limita a nuestros ancestros, hemos evolucionado toda nuestra cultura alrededor de estos conceptos básicos. Al menos esa es mi opinión.
Sociedad consumista
Desgraciadamente en la actualidad en nuestra sociedad materialista, tanto tienes tanto vales, es por eso que tratamos de llenar el vacío que existe en nuestro corazón con objetos materiales y olvidamos una de las cosas más importantes en este mundo, vivir. Estamos olvidando las relaciones interpersonales, generamos apego a lo material pero al mismo tiempo estamos aumentando nuestros niveles de ansiedad. En estos días usamos el internet para todo, desde transacciones bancarias, compra en línea hasta gratificación personal, llámese redes sociales. Estamos acostumbrados a recibir satisfacciones instantáneas a través de las redes sociales, te sientes solo, pones un post en una red social y te sientes mejor.
Nos negamos a nosotros mismos, y creo que muchos lo hacemos de forma errónea, tratamos de buscar en el exterior, en lo material lo que no podemos encontrar en nuestro interior, en lo espiritual. Y como dije anteriormente, cambiamos nuestras actitudes y mostramos una máscara que nos convierte en un miembro “normal” de la sociedad.
A veces cuando me siento deprimido o enojado y demás sentimientos negativos que como seres humanos experimentamos he encontrado un método para “sacar” lo que llevo adentro, escribo lo que siento con mis propias palabras en donde sea, no para que alguien lo lea si no para hablar conmigo mismo lo que siento.
Dicho eso, hace unos años sucedió algo que me gustaría comentarles. Un día en el que me encontraba un poco deprimido escribí en un cuaderno, una frase que asumo algunos de nosotros nos hemos preguntado en algún momento de nuestras vidas. “me he convertido en alguien a quien no reconozco cuando veo en el espejo, me he convertido en alguien en el que no quiero ser, alguien que no soy yo.. otra vez
Anécdota:
Cuando era estudiante me uní a un grupo de amigos con los cuales salíamos a divertirnos los fines de semana, y algunas veces no solo los fines de semana. Como es de esperarse cuando joven la persona quiere experimentar el mundo, en esa época mis calificaciones descendieron considerablemente ya que solíamos parrandear bastante.
Como sucede siempre, no solamente formamos o pertenecemos a un solo grupo social, a veces somos parte de diferentes grupos de amigos y claro, sus comportamientos depende de las actitudes, formas de pensar y acciones de cada uno de sus miembros.
Claro, este fue mi caso tambien, ademas del grupo de parranda al que pertenece tenia otros grupos sociales. Uno de ellos pensaban y se comportaban más como era mi yo auténtico y no el yo que quería aparentar ante los demás para poder encajar y que se dejaba llevar por las circunstancias.
En una ocasión el grupo de amigas y amigos de los que eran más cercanos a mi forma de pensar decidimos hacer una fiesta en mi casa ya que yo vivía solo y tenía el espacio suficiente, la excusa del momento fue que una de mis amigas estaba de cumpleaños. No estaba incluido el ingerir bebidas alcohólicas, tal vez iban a haber pero no en las cantidades como con las que compartía con el grupo de parranda.
Llegó la fecha de la reunión, por la tarde llegaron mis amigas a ayudarme a limpiar y decorar la casa, a preparar la comida y tentempiés, en fin, a disfrutar la tarde esperando poder compartir con los demás invitados y pasarla bien. Al terminar de preparar todo decidieron regresar a sus propias casas a engalanarse.
Un par horas antes de la hora estipulada llegaron a visitarme el círculo de amigos de parranda. Claro, ellos sabían que en mi casa iba a haber una fiesta y aun así llegaron a invitarme a salir con ellos. Mi respuesta fue no porque en primer lugar, la reunión iba ser en mi casa y por ende yo era el anfitrión, mis amigas llegaron a decorar mi casa en la tarde y no podía dejar solos a ese grupo de amigos, además, al fiesta ya había sido planeada y había prometido que iba a compartir mi tiempo con ellos. Los parranderos, un poco molestos, decidieron irse sin mí.
A la hora planeada comenzaron a llegar los invitados a mi casa, compartimos por varias horas, cenamos, bailamos, reímos… En fin, la pasamos bien. Poco antes de medianoche poco a poco los invitados a la fiesta decidieron regresar a sus casas, mis amigas y algunos cuantos nos quedamos limpiando y arreglando el desorden como suele suceder siempre en esas situaciones. Como se podrán imaginar, no pudimos limpiar todo, solo hicimos lo básico y mis amigas acordaron llegar la mañana siguiente para continuar. Luego ellas también se retiraron, y como dice la frase, calabaza, calabaza, cada quien para su casa y así, nos fuimos a dormir.
Recuerdo que alrededor de la 1:30 am me despertaron unos fuertes ruidos en la puerta de mi casa, me levanté asustado por el estruendo. Cuando fui a abrir la puerta me di cuenta que era el grupo de parranderos que había regresado a visitarme, ya estaban con sus copas pero aun así, ya que los consideraba mis amigos les deje entrar. Creo que se podrán imaginar sus comportamientos y actitudes. Ya borrachos comenzaron a hacer estragos, una de las recién llegadas, comenzó a arrancar los adornos que con mucho cuidado habíamos puesto la tarde anterior (no a quitarlos si no que arrancarlos violentamente). Otra amiga fue directamente a abrir la refrigeradora, ella y otros más comenzaron a consumir lo que había quedado de la fiesta, incluso el desayuno que una de mis amigas (la cumpleanera) habia preparado para que desayunara el siguiente día, como una muestra de agradecimiento por permitirle celebrar su cumpleanos en mi casa.
No estaba contento con ellos, para empezar habían llegado a mi casa por la madrugada y sin avisar, me habían despertado y por la forma de llegar me levante asustado que había sucedido algo, habían manejado en estado de ebriedad y si eso fuera poco, llegaron a hacer alboroto y a molestar a los vecinos que gracias doy no llamaron a la policía.
Como se podrán imaginar yo estaba indignado, decepcionado y definitivamente molesto (subrayado, con negritas y con lucecitas de colores para resaltar la palabra). Me limité a sentarme en el sillón de la sala viendo sus comportamientos, sus expresiones, sus acciones y actitudes. Pude ver y analizarlos con detenimiento, ver su conducta errática, sus acciones, su lenguaje vulgar, destrucción, falta de respeto, abuso, en fin, pude observar el caos que había ante mí en ese momento.
Debo hacerles una confesión, en ese momento pude verme reflejado en ellos. Pude ver que ese era exactamente mi comportamiento cuando compartía con ellos… ese era yo, eran en ese momento un espejo de mi y me vi desde el otro lado de la moneda. Y en realidad, debo confesar además, me dio una gran tristeza en la persona en la que me había convertido.
Luego de esa experiencia pude entenderme a mí mismo un poco más
Ser tu mismo…
Regresando al título original de este post , ¿Por qué creo que en este mundo es difícil ser tú mismo?
Porque actualmente en la sociedad en que vivimos, lo único que importa es quien aparentas ser no quien eres en realidad. Es por eso que mostramos a la sociedad un yo al que le es más fácil encajar, de pertenecer, de ser aceptado como uno más del grupo aunque ello conlleve a frustraciones, ansiedades y depresiones ya que nadie se toma la molestia de conocerte.
Para mi este comportamiento es inaceptable, debemos mejorar nuestra actitud para con nosotros mismos y nuestros semejantes no importando la clase social, credo, color y demás prejuicios que nos han sido inculcados desde muy niños por nuestra deteriorada sociedad.
Como pueden ver en la anécdota que acaban de leer yo también he sido culpable de este tipo de acciones o comportamientos en incontables ocasiones y no me he librado de ellos todavía. Todos enfrentamos una lucha constante entre lo que somos (o lo que creemos debe ser aceptado por la sociedad) y lo que queremos ser.
Esta es quizá la lucha más difícil de nuestras vidas.
Está en cada uno de nosotros debe tomar la decisión, aparentar ante los demás lo que dicta la sociedad o ser nosotros mismos.